Depende de las características de cada paciente, pero puede decirse que tarda varios meses, estableciendo el periodo de un año para ver el resultado definitivo. A partir del 4º mes puede observarse una evolución notable del implante. El pelo extraído corresponde con zonas de máximo crecimiento y éste conserva las características tras la extracción, por lo que durará toda la vida.
Uno de los efectos que suceden tras la realización de un trasplante capilar, es lo que se llama un efluvio. Esto es, la caída del pelo de forma natural y es un proceso normal del crecimiento del cabello y se origina como consecuencia del trauma sufrido por todos los folículos durante la cirugía.
Pasados unos meses, el pelo después de un injerto capilar entra en fase de reposo, o sea, significa que va a entrar en una nueva fase del ciclo de vida, exactamente en la fase de crecimiento o anagen y posteriormente inicia el desarrollo de sus ciclos capilares con total normalidad.
Una vez pasa el primer trimestre desde la intervención, las unidades foliculares trasplantadas comienzan a crecer y en unos 6 meses, ya se verán los efectos de este crecimiento al verse.
En general, todo aquel paciente que cumpla los requisitos necesarios que se establecen para un implante. Las personas que no pueden hacerlo son aquellas que no tienen una zona donante con la suficiente densidad para obtener un resultado satisfactorio.
Lógicamente, dependerá de la amplitud del implante, por tanto del número de unidades foliculares trasplantadas.
En general, puede comprender un periodo entre 4-8 horas.
No debe de serlo. Hoy día tenemos argumentos suficientes para hacer que esta cirugía no sea en absoluto dolorosa y que el paciente pase una agradable jornada. El postoperatorio tampoco suele serlo, si acaso podría sentir mínimas molestias debido a la sensibilidad que presenta la zona. Estas molestias, en caso de aparecer son leves y perfectamente manejables con analgésicos habituales.
Se extrae los folículos de una zona donante del propio paciente, que es la zona occipital (de la nuca) y de áreas parietales (laterales). En estas zonas los folículos tienen un programación genética diferente que les hace, en general, resistentes a la caída y una vez trasplantadas estas unidades, conservarán su programación genética , por lo que volverán a crecer en la zona receptora siguiendo el ciclo natural del cabello.
Suele variar entre 12 y 15 días. Al principio permanece una costra, en las áreas donante y receptora, que habrá que tratar con antisépticos. Pasado este tiempo, se puede hacer vida normal, con excepción de deportes, durante un mes.
Es importante hacer mención al estilo de vida. Y es que determinadas dietas, fumar o estrés, son factores que favorecen la caída del cabello. Por ello, el estilo de vida puede ser indicio, a veces, de la caída del pelo, incluso tras haberse sometido a un trasplante capilar.
Podemos decir que a los diez días de la intervención ya se puede hacer una gran cantidad de actividades. Los primeros diez días son fundamentales para la evolución del implante. Tras ese tiempo, el implante ya se habrá asentado, es decir, que se reduce la posibilidad de que los folículos se desprendan del cuero cabelludo. Por esta razón hay que mantener especial cuidado con las prácticas deportivas. Los tres primeros días, se deben dedicar al descanso y la recuperación. Al 4º día se puede pasear tranquilamente.
Yo recomiendo no empezar la práctica deportiva antes de un mes, pero tampoco debemos fiarnos al 100% porque puede que no todas las áreas del cuero cabelludo hayan cicatrizado por completo.
La recuperación del trasplante pasados 3 meses, habrá concluido y la realización de actividades físicas no tendrá limite, incluidas actividades acuáticas, que antes de ese tiempo no está permitido.
¿Cómo seleccionar el mejor champú?
La función principal del champú es la de limpiar, o sea, la función detergente para limpiar la descamación y sebo del pelo y cuero cabelludo. Eso se llama efecto quelante puesto que es capaz de unirse a otras moléculas y así, arrastrar esos detritus, descamación y grasa del pelo y cuero cabelludo. Además, los champús tiene otro efecto secundario que hacen que los cabellos tengan más volumen o brillo, etc. Esto no es que suponga ningún efecto desde el punto de vista médico para que sea más grueso o adquiera propiedades mejores, pero sí cambia la apariencia.
Básicamente los champús tienen tres componentes:
Surfactantes primarios que lo que hacen es un efecto de limpieza de esos detritus y dan espuma.
Surfactantes secundarios, que mejoran el pelo.
Aditivos, que son aquellos que mejoran el aspecto del pelo (brillo, volumen, etc).
Los surfactantes, que actúan a nivel de la tensión superficial del agua, son compuestos que hacen que las moléculas entre sí sean más resbaladizas, favoreciendo así el efecto de limpieza. Los surfactantes pueden actuar como detergentes, humectantes, emulsionantes, haciendo espuma o como dispersantes. El surfactante estrella es el Lauril Sulfato Sódico (LSS), que favorece la producción de mucha espuma, arrastrando así toda la suciedad del pelo y cuero cabelludo. Si no lleva ese LSS, lleva Cocamido Priopyl Betaine.
Silicona. La más clásica es la Dimeticona, que al depositarse en el tallo, hacen que se alineen las fibras capilares entre sí y, de esa manera, es más fácil de peinar el pelo y tiene más brillo, más sedoso. Como contrapartida, al tener peso, con ello se pierde volumen o sea, que en personas con pérdida de densidad capilar o con alopecia androgénica, masculina o femenina, pues las siliconas no son aconsejables puesto que hará que el efecto sea de poca densidad en general.
Los polímeros dan aspecto al pelo como más húmedo, más hidratado y favorecen que se depositen las siliconas. Y tienen más sentido en pelos muy dañados.
Los Sulfatos: Son surfactantes, ayudan a limpiar y como la mayoría de los surfactantes, pueden irritar. La fuerza del champú depende de la capacidad de limpieza y si dice que no tiene sulfatos, habrá que ver cuáles presenta puesto que si no, la capacidad de limpieza de ese champú estaría muy limitada.
El champú anticaspa, son de los más vendidos. Son champús que tienen algún aditivo que tienen algún aditivo que favorece que se desprenda la descamación o que dificulta el crecimiento del hongo Malassezia. La dermatitis seborreica lo que produce es una reacción inflamatoria frente a ese hongo produciendo esa descamación. Algún champú llevan aditivos que sirven para disminuir esa descamación. Suelen ser ácido salicílico, pitirionato de Zinc o climbazol. Lo que interesa si tiene dermatitis seborreica, es un champú fuerte, que tengan alta capacidad detergente.
Los champús para niños son muy suaves, están formulados para tener un pH similar al del ojo y, al hacer mucha espuma, llevan surfactantes no iónicos, lauril sulfato sódico, y no son adecuados para la dermatitis seborreica.
Los acondicionadores. Se puso de moda en los años 80, llevan detergentes y acondicionadores para que el pelo sea manejable. Esto tiene más interés para el pelo ni muy largo ni corto. Estos champús llevan polímeros que hace que favorece el depósito de silicona para hidratar más el pelo.
Los champús naturales no deben comprometer la función primordial que es la de limpieza.
Si queremos volumen, intentaríamos priorizar surfactantes para limpieza, y también polímeros catiónicos para favorecer la formación de espuma y limpiar bien. Deben de evitarse siliconas.
Si tenemos pelo de sobra, pero está seco, sobre todo en mujeres, se priorizaría polímero catiónicos de alto peso molecular que favorezcan que se desenrede el pelo con facilidad y que favorezcan el depósito de silicona y así además, si se añaden aceites, mejor, mayor hidratación.
Cuando el pelo está muy dañado, al tricoscopia se ve perfectamente, tricorrexis nodosa, pues dejar de usar tanto secador, o desde más lejos o a menos temperatura, evitar permanentes y se priorizaría sobre todo el uso de siliconas. Proteger al máximo el pelo.
Para la dermatitis seborreica y caspa, utilizar champús con alta capacidad de limpieza, detergente, surfactantes y elementos antdescamativos: ácido salicílico pitirionato de Zinc.